Entrevista a Juan Iturri, Presidente de CESUR, en el diario El Español publicada el sábado 5 de junio
Llegó a la empresa en 1984 tras formarse en las universidades de Sevilla y Londres. Desde entonces ha pasado por diversos departamentos de la compañía. Desde informática pasando por finanzas, logística y comercial hasta llegar a la dirección general en 1998.
Abre las puertas de su despacho a Invertia y no esconde su preocupación por el futuro de las próximas generaciones. "¿Tú qué opinas?", pregunta a una servidora mientras reflexiona sobre las grandes transformaciones que espera de España. A su juicio, en esta tarea tiene un gran papel el empresario y dos importantes ingredientes: la ambición y el compromiso.
Usted llega a la presidencia de Cesur en un contexto económico muy peculiar, ¿en qué situación se encuentra ahora España y Andalucía en particular?
Es un momento de cambio y de oportunidades después de pasarlo muy mal por temas de salud y por la situación económica de miedo e incertidumbre. Pese a los debates de si vamos a recuperarnos con forma de V o U, lo importante es que vamos a salir seguro y se va a notar en los próximos meses.
La clave es no volver a donde estábamos. No volver al sistema productivo anterior. Andalucía venía de estar en la cola de España desde hace 40 años. ¿Cómo salimos? ¿Cómo aprovechamos para dar un salto? No para volver a estar donde antes sino para estar en otro sitio. Es el momento de las grandes oportunidades. Tenemos que mirar más allá porque el mundo va a cambiar radicalmente.
¿En qué sentido?
Por ejemplo, el debate de la movilidad, la energía, el turismo, los modelos productivos del futuro… Lo más difícil de cambiar es la mentalidad de la sociedad y en pocos meses hemos cambiado lo que no habíamos cambiado en los 10 años anteriores.
Muchas cosas han cambiado por las circunstancias pero ha sido como una bola que no va a parar y va a seguir. Eso lo tenemos que aprovechar, especialmente en Andalucía, para ver cómo aprovechamos de esa ola y para que mejore la situación.
¿Cómo se aprovecha esa revolución de la que habla?
Con buenas empresas. Si tuviéramos el doble de empresas sería otra situación y otra estructura económica y sociedad. Los empresarios que han hecho bien las cosas han cumplido tres requisitos fundamentales. Ambición, tener ganas de crecer porque hay algunas que cuando llegan a un punto no avanzan. Hay un miedo a crecer.
Lo segundo, la tecnología porque invierten en hacer algo diferente como City Sightseeing o 100 Montaditos. Y lo tercero, compromiso. El verdadero empresario es el comprometido con su equipo, entorno y con el futuro.
Javier González de Lara (CEA) decía que los empresarios son los sanitarios de la economía”. Frente a ese sector tan aplaudido, ¿cree que los empresarios han estado a la altura?
A mí se me caía la cara de vergüenza cuando me llamaba un médico dándome las gracias por lo poco que habíamos suministrado. España es el país donde más sanitarios han fallecido porque ninguno ha parado. Son una raza muy especial y gracias a ellos lo hemos pasado mejor que otros países. No sé si tenemos la mejor sanidad pero sí los mejores sanitarios.
Dicho eso, los empresarios son vitales para la economía. Ningún país se desarrolla si no es con empresas. Los que tiran de la economía son los empresarios y tenemos que tener muchos y buenos. Tenemos que fomentar que la gente quiera emprender y el que lo haga que no se canse.
¿Ese conformismo del que me habla cree que está generalizado en España?
Creo que en todos los sitios hay de todas las mentalidades. En Andalucía, tenemos escasez de mentalidad emprendedora. No todo el mundo va a ser empresario, pero aquí hay escasez de vocaciones.
Las que hay le falta la base científica-tecnológica y lo poco que tenemos se van fuera. Debemos fomentarlo desde la educación, desde las escuelas. Necesitamos sanitarios, maestros y también buenos empresarios.
¿Cómo evitamos esa fuga de cerebros?
La economía de hace 20 años es la educación de hoy. Todo lo que hagamos e invirtamos bien en educación lo notaremos. Hoy recogemos frutos de hace 20 años. Para cambiar la mentalidad hay que empezar desde la escuela. Los niños de hoy tienen que coger el gusto por hacer cosas. Muchos fracasarán porque no hay una manera de conseguir el éxito pleno.
¿Cree que hay miedo al fracaso?
Muchísimo porque se paga muy caro. No solo se pierde el capital, también incluso los amigos. Nadie le va mal porque quiere. Es fácil dar consejos sobre otros. El fracaso se paga con toda la situación social.
Con una notable trayectoria del inicio de la pandemia, ¿qué balance hace de la gestión del Gobierno?
Hemos aprendido de la crisis de 2008 las administraciones y la sociedad en general. Hay un sentimiento general de salir todos juntos. Más allá del ruido de los debates políticos, la mayoría de la gente ha hecho una apuesta por salir solidariamente y unidos.
En el plano político, yo no haría un mal balance. Es una situación enormemente difícil para tomar decisiones por el poco conocimiento por la variabilidad del virus. Hay unos países que están mejor, otros peor, pero no creo que tengamos que fustigarnos.
En esa recuperación tiene un papel importante la estabilidad política. En el caso de Andalucía, la retirada del apoyo de Vox parece que tambalean los cimientos del Gobierno andaluz. ¿Qué le pide a la clase política en este contexto?
Todos los empresarios queremos estabilidad y tener un marco temporal claro. Cualquier cambio es malo y en este periodo más todavía. Estamos en un periodo muy importante, van a venir unos fondos que tendremos que gestionar muy bien. Necesitamos el máximo de estabilidad política posible y convencer a los políticos de que piensen más allá del ciclo político.
El político tiene sus elecciones y quiere cosas antes, pero hay cambios que no se van a hacer en dos años. Si queremos cambiar el modelo productivo no lo podemos hacer con dos años vista porque no dará frutos. Tenemos que hacer que miren más allá y que no tengan esa visión electoralista del corto plazo.
¿Quiénes son los perjudicados de ese tipo de pensamiento?
Las grandes transformaciones y los cambios en el país. Ese pensamiento también lo tienen algunas empresas. Genera medidas efectivas pero sin transformación profunda. Hay cosas que hay que hacer para transformar la estructura económica y eso hace que las grandes reformas no se hagan.
Por ejemplo, la simplificación de la administración. Es fundamental a la hora de emprender. El empresario de hoy en lugar de pensar en el proyecto piensa en la burocracia.
Se ha hablado mucho de cómo será la recuperación económica. ¿Cómo vaticina la recuperación y qué cree imprescindible para impulsarla?
La recuperación vendrá seguro y llegará este año. Igual que hemos sido los más afectados por la crisis por el turismo, se notará mucho la recuperación. A mí que me preocupa es cómo no volvemos al 2019. ¿Qué hacemos para estar mejor que en 2019?¿Cómo aprovechamos para salir del vagón de cola?
El 2008 nos enseño que no podíamos dedicarnos al ladrillo y el 2020 que no del turismo. ¿Cómo tenemos una estructura más diversificada que nos permita aguantar a la crisis? Vendrán otras, pero tenemos que plantearnos cómo conseguimos ganar posiciones y mejorar en esa recuperación.
Lo importante no es lo rápido que sea esa recuperación sino cómo de profunda será y estamos en el mejor momento para eso. Van a venir unos fondos que no son un regalo, lo vais a pagar los jóvenes. Es un préstamo que nos hacéis a la sociedad actual. Los tenemos que aprovechar y es complicado. No podemos perder la oportunidad y hay que invertirlo bien.
¿Cómo se gestiona para invertirlo bien?
Es necesario tener equipo, muchas cabezas. Establecer las prioridades en los sectores que tiran del resto, involucrar a todas las administraciones y hacer un esfuerzo para estar alineados. Las empresas han hecho sus deberes con proyectos interesantes y ahora todos juntos tenemos que ver cómo lo gestionamos de la mejor forma posible.
Esta semana se han cumplido tres años de la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. ¿Qué le pediría como empresario?
Le pediría que mirara al futuro, que pensara en el país queremos ser y qué esperamos de ello. Para ello es fundamental salir de la crispación política. Este país hay que transformarlo y tenemos el riesgo de quedarnos fuera.